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Diego Gutiérrez de Ceballos almirante de Castilla

El oficio del Almirantazgo, que había sido creado por Fernando III y que fue consolidado por Alfonso X el Sabio, es el objeto de este breve artículo. Un oficio que ha sido estudiado en las obras de Cesáreo Fernández Duro y de Florentino Pérez Embid, puestas al día en un excelente estudio reciente por José Manuel Calderón Ortega, y bien completadas en cuanto a precisión institucional y visión de conjunto del tránsito del Medievo a la Modernidad por el P. Gonzalo Martínez Díez . Gracias a estos estudios, hoy sabemos que todavía (1) en los días de Fernando IV el oficio de almirantazgo no estaba aún bien definido en términos jurídicos e institucionales, puesto que no tuvo una definición jurídico-institucional neta ab origine, sino que esta fue conformándose, ampliando o reduciendo sus competencias y funciones, a lo largo de los siglos bajomedievales. Es decir que, aunque el Almirantazgo apareció en Castilla a mediados del siglo XIII, sólo una centuria más tarde alcanzará su plena definición institucional, que mantendrá hasta la época de los Reyes Católicos, para después ir perdiendo significación política y militar paulatinamente.

Trataré brevemente de uno de los personajes que, al filo del 1300, sirvió el oficio y cargo del Almirantazgo, precisamente durante el reinado de Don Fernando IV, que como es sabido fue uno de los más turbulentos de la baja Edad Media: proclamado Rey de Castilla y León el 26 de abril de 1295, a la muerte de su padre Don Sancho IV, siendo niño de unos diez años, quedó bajo la tutela de la Reina Doña María de Molina y del Infante Don Enrique el Senador, en medio de una cruenta guerra civil nobiliaria entre los partidarios de don Alfonso de la Cerda (apoyado por Jaime II de Aragón), los de su tío el Infante Don Juan, los de don Juan Núñez de Lara, y los de otras parcialidades menores. La paz, en todo caso precaria, no se alcanzó hasta 1304, cuando aquella pujante nobleza logró triunfar sobre la Corona, que se vio obligada a hacer concesiones que la llevaron a la casi total impotencia política. Monarca de carácter débil e influenciable, muy caprichoso y gran cazador, su inestable reinado acabará con su repentina muerte el 7 de septiembre de 1312, precisamente cuando se proponía acometer un amplio programa de reformas políticas, y a reiniciar las campañas de reconquista contra los musulmanes granadinos.

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Editorial: Revista de Historia Naval

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Fecha: 22 noviembre, 2017