A partir de la segunda mitad del siglo XV, una legión de arquitectos, artistas y artesanos flamencos pasó por todas las ciudades españolas, dejando su huella en las catedrales, iglesias, palacios y casonas, modernizando el estilo gótico entonces imperante, en todos sus aspectos. El arte español fue de tal manera influido por el flamenco, que los tratadistas nos hablan de un arte hispano-flamenco, que alcanzó su apogeo ya durante el reinado de los Reyes Católicos, y que tendría una segunda etapa a partir del 1520.
De entre las muchas influencias que del arte y del estilo flamenco arraigaron en la España de los siglos XV y XVI, queremos tratar ahora de una de las más desconocidas, cual es la de empizarrar las cubiertas de los edificios más importantes, en particular los palacios y las iglesias. Una influencia que, como tantas otras, llegó a España por los años de 1559-1560, de la mano de sus Reyes, en este caso Don Felipe II, quien la convertiría en emblema de la arquitectura de la dinastía austríaca en España(1)