Los estudios sobre los grandes linajes y casas nobiliarias, integrados en las actuales corrientes historiográficas solo desde hace medio siglo, se han dedicado sobre todo a su respectiva participación en los sucesos políticos de cada momento histórico. Sin embargo, los historiadores actuales son conscientes de que los grandes y señores que regían vastos estados y señoríos, no eran individuos aislados, sino -son palabras del profesor Ladero Quesada- nudos principales de intersección de redes complejas de relaciones familiares, solidaridades y clientelas, en cuyo mantenimiento jugaban un papel de primer orden y sobre los que se basaban para ejercer el poder y asegurar la estabilidad … de un sistema de sociedad estamental(1). Como acertadamente señala la profesora Beceiro Pita, el estudio de los círculos de servidores es del más alto interés para comprender la posición de la nobleza como élite de poder durante la Plena y Baja Edad Media -y durante la Edad Moderna, añado yo-, aunque ciertamente resulte muy complejo porque engloba varios campos temáticos: las relaciones de parentesco, el sistema de dominio señorial, el encumbramiento de caballeros y letrados, la participación de las clientelas en las luchas políticas, y la organización territorial y doméstica de la respectiva Casa, entre otros(1).